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- EL KLAN DE LOS DDT "ENTREVISTA EN LA VERDAD"

En busca del brinco definitivo
El grupo cartagenero de 'hip hop' que triunfó con 'Salitre' (2008), ya graba su nuevo disco, que saldrá tras el verano
«A ver hasta dónde podemos llegar. Si damos el último salto y se puede vivir de la música, genial. Si no es así, seguiremos nuestro camino. Nuestra única idea es seguir haciendo las cosas de forma natural y tener libertad para crear». Lo dice el rapero Baster (Cartagena, 1976), líder de El Klan de los Dedeté, uno de los grupos de referencia en el 'hip hop' regional. 'La Verdad' se cuela en el estudio en el que acaban de empezar a grabar los tres temas que servirán de adelanto de su próximo disco, que estará en la calle después del verano.
«En abril queremos presentar estos tres temas, pero el objetivo para el 2011 es grabar el nuevo disco. Hemos tenido que dejar de dar conciertos y frenar un montón de cosas...Es que no había manera de ponerse a trabajar en el nuevo disco», alega Maski (Cartagena, 1977), el «que hace la música», apunta Baster. El tercer componente de los 'Dedeté' es Poli 124 (Cartagena, 1975). «Baster hace unos temas y yo otros. Él toca temas más sociales y mi rap es más personal, sentimental...Por momentos, hasta psicológico», explica Poli 124.
Estos tres cartageneros llevan haciendo rap desde 1992. Después de publicar varias maquetas y sacar cinco discos, con desigual acogida por parte de su público -el buen caladero de hip hop que hay en la Región, apuntan-, el éxito les llegó cuando ya casi no lo esperaban. Fue en 2008, con 'Salitre', un disco en el que hay joyas como 'Universo gris', 'Cuecen habas', 'Perro' Viejo' y 'Querer ser', un tema en el que colaboró Picos Pardos. Esta «victoria moral» llegó después de un peculiar viaje a China, en el que el trío cartagenero conoció de cerca la censura impuesta por el régimen comunista del dictador Hu Jin Tao.
«¡Free Tibet!»
«Íbamos a actuar en un festival para el que se habían vendido 6.000 entradas, gracias a la apuesta de Toni Serrano. Pero unos días antes, Björck gritó aquello de ¡Free Tíbet! en un concierto en Shangai, a pocos meses de las Olimpiadas de Pekín. Entonces se canceló todo y el régimen vetó a todos los artistas que veníamos de Occidente. Tuvimos que cantar en una rave clandestina, ante unas 600 personas. Eso sí, la experiencia fue una pasada», cuenta Baster.
El trío cartagenero entiende que «hemos mejorado bastante, pero nuestro reto para los próximos meses es ser más exigentes, más atrevidos y, especialmente, volver a nuestros orígenes. Queremos hacer un disco largo y que enganche a la gente. 'Salitre' nos abrió muchas puertas, pero no nos podemos conformar. Hay que mejorar la música y las letras. Y de lo demás, promoción, conciertos y demás, nos hemos desprendido. Todo lo lleva Tony Serrano. Y para nosotros, que nos hemos expuesto demasiado en los últimos tiempos, es la mejor opción», opina Baster.
El rapero cartagenero se ha visto involucrado en los últimos años en dos polémicas que «yo no busqué». La primera, cuando publicó el tema 'Llamar las cosas por su nombre', un alegato a favor de la provincia de Cartagena que arrasó en Youtube. «Lo volvería a hacer. Cuti, un cartagenero en la diáspora, me dio la idea. Yo no quería insultar a nuestros vecinos de Murcia. Mi gente no es mejor que tú, pero es distinta, dice esa canción. Sólo se reivindica que los cartageneros somos diferentes. Lo que pasa es que un partido político se apropió de la canción, sin mi permiso, y se montó el lío», lamenta Baster.
El segundo enredo surgió cuando un grupo de aficionados del Efesé propuso su tema 'Vamos Cartagena, vamos campeón' como himno del FC Cartagena, tras el ascenso a Segunda. La afición se dividió. «Nosotros somos 'futboleros' e hicimos ese tema como homenaje al Cartagena por subir a Segunda. Pero un himno de fútbol es otra cosa, claro. Es más épico. Lo nuestro es el rap y el hip hop», aclara Baster. Su compañero Maski añade que «hemos notado que cuando nuestras letras hablan de cosas de Cartagena, la gente de aquí se interesa un montón por lo que hacemos. Si no es así, la cosa cambia», dice.